Para Jung el inconsciente es un manantial de donde surge la sabiduría, la fuerza y la frescura de la vida. Con la terapia junguina no se intenta hacer triunfar al yo racional, sino enseñarlo a integrarse de manera instintiva con el flujo de la vida.
“Uno debe vivir como si su vida durase mil años, y literalmente morirse de vida”
Carl Gustav Jung
GUSTAV JUNG nació el 26 de julio de 1875 en una pequeña localidad de Suiza llamada Kessewil. Gran admirador de Freud, le conoció en Viena en 1907. Dice la historia que después de conocerle, Freud canceló todas sus citas del día, para continuar una conversación que duraría 13 horas continuas.
Se dedicó a la exploración del “espacio interno” a través de todo su trabajo. Era especialmente ducho en el simbolismo de tradiciones místicas complejas tales como gnosticismo, alquimia, cábala y tradiciones similares en el hinduismo y el budismo. Si hay una persona que tenga un sentido del inconsciente y sus hábitos como capaz de expresarse solo de forma simbólica, éste es Carl Jung.
Tuvo la capacidad de tener sueños lúcidos e ilusiones ocasionales, soñó también mucho con cuestiones relacionadas con la muerte; con el territorio de los muertos y el renacimiento de los mismos. Para él, esto representaba el inconsciente mismo; no aquel “pequeño” inconsciente del que Freud hizo tan grande, sino un nuevo inconsciente colectivo de la humanidad. Un inconsciente que podía contener todas las muertes, no solo nuestros fantasmas personales.
La relación con Freud empezó a enfriarse en 1909, durante un viaje a América. En este viaje, ambos se entretenían analizándose los sueños de cada uno, hasta que Freud demostró una excesiva resistencia a los esfuerzos de análisis de Jung, finalmente, Freud le dijo que debían parar, ya que él se sentía con temor a perder su autoridad. Evidentemente, Jung se sintió insultado.
Después de la guerra, Jung viajó mucho; desde tribus de África hasta poblaciones de América y la India. Se jubiló en 1946, retrayéndose de la vida pública a partir de este momento hasta la muerte de su esposa en 1955. Murió el 6 de junio de 1961 en Zurich.
YO, INOCONSCIENTE PERSONAL E INCONSCIENTE COLECTIVO
Jung divide la psique en tres partes: La primera es el Yo, el cual se identifica con la mente consciente. Relacionado a el se encuentra el inconsciente personal, que incluye cualquier cosa que no esté presente en la consciencia, pero que no está exenta de estarlo (incluye las memorias que podemos atraer rápidamente a nuestra consciencia y aquellos recuerdos que han sido reprimidos por cualquier razón). Jung añade una parte al psiquismo que hará que su teoría destaque de las demás: el inconsciente colectivo, nuestra “herencia psíquica”. Es el reservorio de nuestra experiencia como especie; conocimiento con el que todos nacemos y compartimos. A partir de él, se establece una influencia sobre todas nuestras experiencias y comportamientos, especialmente los emocionales.
SINCRONICIDAD
La define como “una coincidencia significativa de dos o más sucesos en la que está implicada algo más que la probabilidad aleatoria”. Lo que distingue una sincronicidad de sucesos sincrónicos normales es la coincidencia de dos o más acontecimientos, no relacionados entre sí causalmente, cuyo contenido significativo es idéntico o semejante…”.
LAS DINAMICAS DEL PSIQUISMO
Jung nos brinda tres principios. El primero de ellos es el principio de los opuestos. Cada deseo inmediatamente sugiere su opuesto. Por ejemplo, si tengo un pensamiento positivo, no puedo dejar de tener el opuesto en algún lugar de mi mente. (no podemos saber lo que es negro sin conocer lo blanco, o lo que es alto sin lo bajo) .
El principio de equivalencia, donde la energía resultante de la oposición se distribuye equitativamente en ambos lados. Si pretendemos negar que la parte del pensamiento que no nos guste estuviera ahí, si lo suprimimos, la energía se dirigirá hacia el desarrollo de un complejo. El complejo (patrón de pensamientos y sentimientos suprimidos que se agrupan alrededor de un tema en concreto)
El principio de entropía, el cual establece la tendencia de los opuestos a atraerse entre sí, con el fin de disminuir la cantidad de energía vital a lo largo de la vida.
En la psicología analítica de Jung, en el inconsciente se encuentran los arquetipos (formas milenarias de conducta que inconscientemente impulsan y condicionan nuestras acciones).
Si por alguna razón, —cultural, familiar o personal—, un arquetipo es negado y no encuentra representación en nuestra vida, comenzará a sobrecargarse de energía y se conjugara con algún recuerdo personal para formar un complejo.
“Las personas creen que tienen complejos, pero son los complejos los que lo tienen a uno”
Carl Gustav Jung